lunes, 16 de noviembre de 2009

THIRST (Chan-wook Park, Corea del Sur, 2009)






















Sang-hyun es un sacerdote que pasa parte de su tiempo acompañando a los pacientes de un pequeño hospital de su ciudad. Aunque es respetado por su fe inquebrantable y su dedicación por aquellos que lo rodean, sufre el desconsuelo que le provoca la duda y la desesperación de la vida en un mundo que parece ahogarse en el sufrimiento y la muerte. Con el claro deseo de salvar vidas, participa en un proyecto para encontrar una vacuna para un virus letal.


Por fin llegó el día en que ví esta película, que era una de las más esperadas del 2009 por mi parte. Park es uno de mis directores favoritos, y que abandonara la comedia romantica para acercarse al horror me agradaba bastante.

Thirst, como se esperaba, es una atípica película de vampiros. Puede recordarnos a "Dejame entrar", aunque el propio Park dice que de este genero, a la que más se parece es a "Martin" de Romero.

Como en Soy un cyborg, Park hace lo que le da la gana, y eso siempre es de agradecer. Mezcla generos, sin complejos. Humor subrealista, sangre, drama, un toque de fantasía y un cierto erotismo. Y se apoya en dos actores que bordan sus papeles, especialmente Ok-vin Kim, quien se consagra como una excelente actriz.

La música es acertada, la camara genial,, la fotografia sobresaliente y tiene escenas destacadas como la escena sexual del hospital (creo que quedará para la historia), lo a de los zapatos.

Aunque Park no abandona el romance, pues esta pelicula en resumen es una gran historia de amor, eso si, bañada en sangre.

Pero no todo es bueno, se le puede reprochar su excesiva duración, o su ritmo pausado. Cuenta una historia a su estilo, y el espectador no se engancha a esta.

Gracias Park por seguir siendo fiel a ti mismo. 8/10

4 comentarios:

Diego Faraone dijo...

Aviso que está mal escrito el título!

Saludos!

sekhet dijo...

Por fin llegó el día en que ví esta pelicula, que era una de las más esperadas del año por mi parte.
Park es uno de mis directores favoritos, y que abandonara la comedia romantica para acercarse al horror me agradaba bastante.
Thirst, como se esperaba, es una atipica pelicula de vampiros. Puede recordarnos a Dejame entrar, aunque el propio Park dice que de este genero, a la que más se parece es a Martin de Romero.
Como en Soy un cyborg, Park hace lo que le da la gana, y eso siempre es de agradecer. Mezcla generos, sin complejos.
Se apoya en dos actores que bordan sus papeles, especialmente Ok-vin Kim.
La música es acertada, la camara genial, y tiene escenas destacadas: la escena sexual del hospital creo que quedará para la historia...
Se le puede reprochar la duración, o su ritmo pausado, pero creo que es de obligado visionado. Gracias Park por seguir siendo fiel a ti mismo.

8/10

Uli dijo...

Ese final ya pertenece a mi memoria cinéfila sentimental. Poesia pura. Pero claro, es que pocos como Park cuidan tanto los finales de sus películas

MrJuanfrita dijo...

Partiendo de la base que Park Chan Wook es posiblemente mi director preferido, mi objetividad a la hora de analizar uno de sus film es prácticamente nula.

Aun así, haré un esfuerzo por conseguirlo. Y empezaré diciendo que la película me ha encantado, se que no suena muy objetivo para empezar una crítica, pero es que es así, me ha encantado.

Me ha gustado el enfoque del mundo vampírico de Park, con films así y otras como "Déjame Entrar", vemos que el género de "Vampiros" no está del todo "muerto" y que aun hay donde rascar para sacar petróleo de una tierra demasiado explotadas por vampiros quinceañeros y vampiros vestidos de Armani.

La polémica está servida en los films de Park y está no iba a ser menos, escenas con alta carga sexual, religión...No la hacen especialmente una película "Políticamente Correcta". Interpretaciones Impecables, escenas novedosas, elegancia y manteniendo la linea preciosista que empezó con Lady Vengeance.

Pero si de algo ha pecado la cinta, es de una excesiva duración, en la que la primera hora de metraje para mi gusto es sublime, pero que acaba perdiéndose en unos 30 minutos de innecesaria ornamentación, como si el director quisiese demostrarse a si mismo, que sigue siendo Park Chan Wook. Después de esos 30 minutos, la película vuelve a alzar el vuelo hasta conseguir un final digno del Director que todos conocemos y amamos.

Un 7'5/10

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